miércoles, 26 de abril de 2017

Educar a través del juego

Enseñar jugando I es uno de los múltiples posts que voy a compartir con vosotros con respecto a la relevancia del juego. “Educar jugando” a muchos progenitores les suena contradictorio. Aún asociamos la idea de instruir a la autoridad, con el “aquí mando yo”, con “cuando seas progenitores vas a comer huevo”. Cuando les digo en la consulta que se puede enseñar a través del juego, a muchos les semeja labor imposible. Son progenitores que se sienten agotados, superados y también infelices. Su comentario más frecuente es “creo que lo he intentado todo”. No es cierto, se han intentado muchas cosas, ciertas marchan, mas puede que no se hayan practicado lo bastante. Otras veces empleamos métodos equivocados, como el grito y el exceso de autoridad.
¿Por qué razón no transformar la educación en algo más entretenido? No confundamos el juego con la ausencia de límites, con no dejar las reglas claras y perder el rol de progenitores. No somos amigos, somos formadores, progenitores, protectores, y podemos sostener una relación de confianza y complicidad semejante a la de sus amigos. Mas no somos amigos. Los amigos son sus iguales y no lo somos.
Podemos jugar para instruir en todo género de valores, aun se puede aprender a competir de forma sana con uno mismo. A fin de que los juegos educativos funcionen, lo idóneo es que como progenitores participéis en ellos, tanto como protagonistas, como siendo jueces o bien motivadores,. ¿Sabéis lo que responde un pequeño, aun un adolescente, cuando sus progenitores le afirman “vamos a jugar”? ¡Vale! Todos estamos prestos a pasar un rato entretenido, lúdico, y si sirve para aprender, mejor. Lo que se aprende jugando, se comprende, retiene y reproduce mejor.
Este fin de semana se me ocurrió meditar que sería excelente que los pequeños tuviesen un léxico más rico…y como progenitores asimismo. Con lo que como tenemos chat familiar, les planteé que día a día colgaríamos una palabra letrada en el chat, con su definición, y que a lo largo del día tratáramos de componer alguna oración en la que usáramos la palabra nueva y que por favor la compartiesen con amigos a ver qué cara se les quedaba. Les colgué las primeras 5 palabras, que fueron las siguientes:
Alipori = vergüenza extraña.
Baldragas = hombre flojo, sin energía.
Collón = cobarde.
Egresar = salir de alguna parte.
Sicofanta (esta les hizo singularmente gracia) = farsante, calumniador.
Hemos estado todo el fin de semana “jugando” con las palabras. “El novio de mi amiga fulanita es un collón, ha cortado con ella por WhatsApp”; “me siento como un baldragas tras la sesión de running de esta tarde”; “qué ganas de egresar de Zaragoza para irnos de vacaciones”; y de este modo una oración tras otra. La risa era mayor cuando tratábamos de edificar una oración con múltiples palabras, “el sicofanta ese ya está egresando de Zaragoza antes que le coja, va a ser collón el tío”. El hecho de edificar oraciones juntos, compartirlas, el estar atentos a la inventiva del otro, produjo un entorno muy entretenido en el momento de comer. A exactamente la misma vez, se estimula su inventiva, nos reímos por el hecho de que ciertas oraciones rozan el absurdo, produce complicidad y nos desconecta del móvil y la tablet. Es una actividad en la que participamos todos. Participó hasta la abuela, que lógicamente conocía la mitad de las palabras sin haberlos debido mirar en el diccionario.
Desde este momento vamos a coger la costumbre de aprender una palabra nueva al día. Es verdad que esta clase de palabras no son de empleo frecuente, mas nuestro cerebro se estimula con cada aprendizaje que efectuamos. Es ameno tener un repertorio de palabras letradas. Y si las sumamos, a fin de año vamos a conocer trescientos sesenta y cinco nuevas palabras.
Igual que jugamos para aprender palabras, lo podemos hacer a fin de que obedezcan, valoren, agradezcan, se respeten entre los hermanos, sean más educados y afables. En otros posts os voy a ir planteando diferentes juegos a fin de que instruir sea considerablemente más ameno. Cuando algo es ameno se aprende ya antes y mejor.
Como afirma Howard Gardner, “el propósito de la educación es conseguir que los pequeños deseen hacer lo que deben hacer”. Qué mejor que a través del juego. Solo debes amoldarlo a su edad y participar con ellos. No todo se puede enseñar jugando, peo si le echas un tanto de inventiva, seguro que este propósito te va a facilitar mucho el camino.

Vea algunos motivos par educar jugando: http://blopp.es/curiosidades-del-hogar/curiosidades-juguetes-educativos/

jueves, 23 de febrero de 2017

Manualidad maestras: babi o bata escolar

Todos los años, lo primero que se recibe del colegio por parte de los profesores o la dirección es una fría nota en la que relata los materiales que necesitarán los niños. No obstante, en los tiempos que corren, ninguna nota que suponga un gasto entrará bien en nuestro hogar.

Uno de estos materiales es el babi escolar que no suele bajar de los 20 euros. Pero... ¿por qué no realizar en clase nuestros propios babis? ¿por qué no educar jugando? Estoy seguro que a los niños les encantaría realizar su propia prenda, a su gusto, disfrutarían un montón tanto haciéndola como llevándola. Además, desarrollaría claramente su motricidad fina.

Está claro que no vamos a poner a los niños a coser un patrón de babi, pero sí que podemos hacerlo nosotros y que ellos le den su toque con la técnica de patchwork, pegando aquello que les guste y realizando combinaciones en las que se sientan cómodos. Esto fomentaría y desarrollaría su creatividad a la vez que se divierten.

Y tú, ¿lo apuntarás en tus proyectos?

domingo, 22 de enero de 2017

La escuela rural, principal blanco de los delincuentes

Un ladrillo es el único elemento que los 'cacos' han utilizado para robar en la escuela rural de Juan José Larrea, de San Carlos. Con él les ha bastado para abrir un hueco en la puerta y poder acceder a sacar todo tipo de artículos que tuvieran un mínimo de valor en el mercado. De esta forma, han vaciado todo el material: los ventiladores de techo, los DVD, grabadores, altavoces, ordenadores.... También entrron a la cocina, donde se llevaron diversos útiles utilizados para la realización de las comidas diarias.

Un ventilador de techo tan sólo cuesta 50€ según ALGSistemas, pero no es el coste del ventilador sino lo que ello supone: un intenso verano de calor para los alumnos del colegio. La intranquilidad de los colegios se aumenta cada vez más, pues aumentan los robos en este tipo de colegios y ya da miedo hasta poner un ventilador en el techo o un ordenador, porque no se sabe cuándo será de nuevo objetivo de un robo.